En la actualidad es muy importante no solo saber o creer saber lo que a uno le interesa como carrera sino también hay que considerar lo que ésta nos ofrece para poder sobrevivir y tener una buena calidad de vida.
El autor Alejandro Hernández nos dice: “la arquitectura es asunto de vocación; de ser, saberse, sentirse”. Pienso que tiene razón, aunque también creo que esto aplica en todas las carreras puesto que eres lo que eres porque lo sientes, porque te llama y además te interesa. Quizá por alguna circunstancia uno no termina trabajando en lo que le gusta; puedo ser arquitecta y trabajar como contadora pero eso no quiere decir que deje de ser arquitecta.
La universidad es un medio por el cual nos enseñan reglas básicas, métodos e incluso nos dan las herramientas necesarias para hacer arquitectura. No es algo que llegues y te lo den en bandeja de plata sino que se va descubriendo, lo buscas, los persigues, te ayuda a desarrollar los sentidos, a observar y no solo ver.
La arquitectura es una experiencia imaginaria que nos invita a ver las cosas de otro modo y es muy válido que cada quien tenga su propia perspectiva.
Con todo esto puedo decir que un arquitecto es aquel que produce arquitectura, que propone y experimenta, que acepta los desafíos y se adentra a lo desconocido con tal de descubrir cosas nuevas y diferentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario